Éste es mi nuevo cartel de madera, pero… ¡No es un cartel de madera!.. Es mucho mas.
Últimamente ando liada haciendo carteles de madera personalizados con diferentes mensajes. Cada cartel es diferente segun la persona a la que vaya dirigido el mensaje.
Técnicamente te puedo contar que están elaborados de manera totalmente artesanal: hechos con madera reciclada de palets, lijados, pintados con pintura chalk paint (que no daña el medio ambiente) y que están listos para ponerlos donde puedas verlo todos los días, esto último es importante. Hoy te quiero mostrar éste, porque hace poco se marchó como regalo de cumpleaños.
Pero como digo al principio, es mucho mas que un cartel de madera. Y es que en la era digital en la que nos encontramos, hemos ido perdiendo por el camino valores y tradiciones tan importantes y necesarias como la tradición de contar. Contar cuentos, contar sueños, contar recuerdos, contar historias, contar tradiciones… Y es que ésto que ahora nos puede parecer algo tan básico y quizás hasta falto de emoción era uno de los mayores placeres que tenia el hombre desde sus orígenes cada noche y que se ha ido conservando hasta no hace mucho tiempo. Pero la era digital, tan avanzada como creemos, se ha ido zampando poco a poco estas maravillosas tradiciones y parece que hoy en día solo internet tiene algo que contar.
Por eso éste cartel es mucho más que un cartel de madera. Es un regalo cargado de recuerdos. Recuerdos de tardes de juegos con mis primos, donde no había prisas y no sabíamos que era eso del estrés, recuerdos del olor de los postres caseros en las tardes de verano, recuerdos de mis primeros viajes a la montaña, donde aprendí a admirar la montaña y pude descubrir una nueva forma de vivirla y disfrutarla , recuerdos de noches en «hoteles» de mas de mil estrellas, recuerdos de amaneceres en grandes montañas…. Recuerdos imborrables.
Tan sólo hay que parar un poco para recordarlos… la prisa también puede esperar.
Juguemos a contar, que no caiga en el olvido la habilidad que todos tenemos de narrar. Y si no puedes contar cuentos, cuenta sueños.