Como ya os contaba en un post que escribí hace tiempo, me gustan los regalos hechos a mano porque son únicos. Hace algún tiempo fue el cumpleaños de Chema y Belen. Dos de mis mejores amigos… amigos de esos que cuentas con los dedos de una mano, los que siempre están ahí y me han visto crecer. Amigos que no son virtuales, sino de carne y hueso…
Así que pensé que su regalo de cumpleaños tenía que ser algo tan especial como ellos y hecho por mi. Creo que los regalos irrepetibles son como los amigos… únicos.
Así que me puse a pensar que podría ser… y decidí hacerles unos posavasos de madera. Lo primero de todo fue elegir un tronco de madera de olivo que fuese lo suficientemente grueso, después de trastear un poco por las cajas que tengo llenas de troncos de madera, dí con el que iba a ser el mío. Y me puse a cortar las rodajas de cada posavasos y a lijar. Y después de eso empezó lo divertido… Pensar que dibujos les iba a hacer a cada uno y pintar los bocetos. Casi, casi lo tuve claro desde el principio. A Chema le encantan los animales, que para eso es biólogo, así que marchando una de peces para Chema:
A Belén le gustan mucho los animales, la naturaleza, las plantas. Así que para ella pinte unos cactus, que me recordaron de alguna manera al cuento que nos recomendó Jesús en nuestra sección La leonera de papel, el cuento de Abrázame. Sus posavasos quedaron así de bonitos:
Para meter los posavasos les pinte unas bolsitas de algodón. La de Chema llevaba un dibujo de una ballena rodeada por un mar de estrellas y en la de Belén pinte una regadera para que pudiese regar sus cactus, cuando lo necesiten.
Y por último me quedaba envolver los regalos. No quería un envoltorio convencional, quería algo tan especial como lo que había dentro. Así que decidí coger cartulina, tijera e hilos e hice una bolsa-cono doblando la cartulina. Ya casi, casi estaba terminada mi bolsa de regalos, sólo me faltaba ponerles un asa para poderlos llevar bien, así que reciclé el asa de una bolsa que tenía y los regalos ya estaban listos para Belen y Chema:
Después de la cena de cumpleaños les dí sus regalos, que creo les gustaron mucho. Espero que los peces y los cactus animen vuestras mesas y esas tardes en las que nos juntamos todos para charlar un rato.
Muchísimas gracias chicos, ¡Nos vemos pronto!